Cuento de Ninos en el Bosque con Cabañas
Mientras jugaban, se dieron cuenta de que habían perdido el camino de regreso a su cabaña. Se miraron unos a otros con preocupación, sin saber qué hacer. Fue entonces cuando Tomás sugirió que deberían buscar su cabaña por el bosque.
Los tres amigos se pusieron en marcha, caminando por el bosque en busca de su cabaña. Mientras avanzaban, se encontraron con diferentes cabañas en el camino. Cada una era más hermosa que la anterior, y se preguntaban quiénes podrían vivir en ellas.
La primera cabaña estaba hecha de madera y tenía un jardín lleno de flores de colores. Los niños se preguntaron si un jardinero vivía allí, o si era una casa de muñecas.
La segunda cabaña era pequeña y acogedora. Tenía un techo de paja y estaba rodeada de árboles. Los niños se preguntaron si era la casa de un duende.
La tercera cabaña estaba en un árbol muy grande. Tenía una escalera para subir y un balcón con una vista espectacular del bosque. Los niños se preguntaron si un pájaro o un mono vivían allí.
Los niños siguieron caminando y encontraron muchas más cabañas, cada una más fascinante que la anterior. A medida que avanzaban, aprendían a no juzgar a los demás por su apariencia o tamaño, y a valorar la belleza de las cosas simples.
Finalmente, después de un largo camino, los niños encontraron su cabaña. Estaban felices y aliviados de haberla encontrado, pero también se dieron cuenta de que habían aprendido algo muy valioso en su aventura en el bosque.
Comprendieron que el bosque es un lugar hermoso lleno de sorpresas y aventuras, y que cada persona es única y especial a su manera. Los niños se prometieron que siempre buscarían la belleza en lo inesperado, y que nunca juzgarían a nadie por su apariencia o circunstancias. Con esta promesa en sus corazones, regresaron a su cabaña felices y llenos de nuevas historias para compartir con sus amigos y familiares.